Regreso al entrenamiento y la competición en el fútbol profesional después de la alerta sanitaria del covid-19 con énfasis en la reanudación de los entrenamientos y la gestión de la competición
De Miguel, F., Miñano, J., Gómez, A., Campos, M., Chena, M., & Da Silva, R. Revista de Preparación Física en el Fútbol. ISSN, 1889(5050), 5050.
Bienvenidos una semana más a nuestro blog. Tristemente, y aunque parezca que no afecta demasiado a los entornos deportivos y competitivos, seguimos adaptándonos a otro de los factores que hasta hace 2 años no existía, pero que cada vez con más normalidad afecta a nuestra realidad diaria, nuestros jugadores y nuestros equipos: “Covid-19”. Los protocolos y las normativas referentes al confinamiento y a la posterior recuperación y vuelta a la normalidad, van cambiando con el paso de los días, semanas y meses, y como no también lo hace nuestro entorno y aproximación a los diferentes casos (sintomáticos- no sintomáticos) con el objetivo de recuperar la tan ansiada normalidad.
Es por ello, que esta semana, hemos querido rescatar un artículo que escribimos junto a un grupo de expertos nacionales en condición física de nuestro país, en el que se reflejan algunas cuestiones teóricas, pero también prácticas que pueden ayudaros en vuestra realidad presente. A diferencia del primer confinamiento (Marzo 2020), donde independientemente de tener la enfermedad o no, toda actividad deportiva se paralizó, en la actualidad (Enero 2022) solo paran o descansan los jugadores que son testados positivos por el virus y de esta forma tienen que ser aislados hasta ser liberados por un doble test negativo. Hemos presenciado, jornadas completas e incompletas suspendidas por casos en diferentes ligas europeas del máximo nivel, y sobre todo lo que viene después, una mayor densidad competitiva en posteriores semanas, con el riesgo que ello conlleva para la salud y el rendimiento de algunos jugadores.
El propósito del artículo fue examinar la evidencia científica sobre el regreso a los entrenamientos y la competición tras el periodo de confinamiento forzado por la pandemia mundial de Covid-19 en el fútbol profesional. Debido a esta interrupción de las competiciones de fútbol, la Asociación Española de Preparadores Físicos de Fútbol formó un comité de expertos para preparar recomendaciones para la reanudación del entrenamiento, considerando el mínimo período de entrenamiento necesario para retomar la actividad con garantías de salud y rendimiento (pretemporada y sus características). Asimismo, se analizan los efectos de un escenario con un previsible calendario de alta densidad, los días mínimos entre partidos, y las medidas o criterios de análisis del estado de los jugadores sometidos de manera sostenida a estas condiciones.
Debido a esta temática creemos que el artículo va dirigido a todos los compañeros preparadores físicos de cualquier categoría profesional o amateur, compañeros de los servicios médicos y resto del cuerpo técnico, para poder afrontar con garantías los procesos de entrenamiento y la vuelta a la competición de nuestros jugadores.
El artículo formó parte de una trilogía que se publicó en la Revista de Preparación Física en Fútbol dentro de la Asociación de Preparadores Físicos de Fútbol en España, en la cual también se trataron temas como los efectos del desentrenamiento o las consecuencias derivadas de un cese de actividad física o periodo de transición anormal (por la incertidumbre en la duración del periodo y la reanudación de la competición).
Aunque los jugadores son deportistas de élite con una vida saludable y cultura deportiva, algunos de ellos se han enfrentado a problemáticas diversas como han podido ser la falta de material necesario, a menudo resueltas por algunos clubes, y mayoritariamente con problemas de espacio para desarrollar movimientos más específicos del juego. Tal y como nos dicen los autores, a todo ello habría que incluir las dificultades para generar variabilidad (Moras et al., 2018) y para estimular el sistema neuromuscular (Fort Vanmeerhaeghe et al., 2016).
Como norma básica, y siguiendo las recomendaciones de la guía de los Técnicos de Baloncesto (ASEPREB, 2020), habría una regla extensible a cualquier situación de desentrenamiento, donde al menos se debería entrenar o preparar para la competición el 50% del tiempo en el que se ha estado parado. Además, y en el caso del fútbol es más complicado por no tener una participación intermitente (múltiples sustituciones en doble dirección), se debería tener en cuenta una participación progresiva en la competición. A veces esto es posible, y otras veces no, pero lo que si sabemos a nivel científico es que un aumento de las cargas de manera inadecuada está íntimamente relacionado con el aumento de la incidencia lesional, y esta a su vez con una reducción en el rendimiento colectivo (Gabbet et al., 2016). En cuanto a estas consideraciones, estamos muy de acuerdo con los autores en que, para recuperar los niveles de forma anteriores, es necesario un periodo igual o mayor al cese de la actividad por parte de nuestros jugadores.
En otro apartado del artículo se trata la temática referente al calendario de competiciones. Tal y como solemos hacer en pretemporada, es importante alcanzar un alto nivel de condición física antes de empezar a competir. Pero ¿sinceramente tenemos ese tiempo ahora mismo con nuestros jugadores que salen de esta situación? ¿el calendario congestionado de competiciones nos ayuda a crear esta situación óptima de salud? Es claro y evidente que la influencia de la alta densidad competitiva en jugadores que no están en una condición física óptima es brutal. Además de la disminución de la respuesta inmune en jugadores que compiten cada 48/72 horas (Moreira et al., 2016; Mortatti et al., 2012), se suma el riesgo mayor de infecciones respiratorias en periodos de competición intensificados. Todo ello, además sumado a que, en dichos periodos de congestión en competición, necesariamente los entrenamientos tienen un efecto de mantenimiento más que de optimización del rendimiento.
Otro apartado de mucho interés en el artículo es la interpretación de los días mínimos que debe haber entre competiciones. Personalmente, iría más allá, y plantearía el interrogante de si, después de haber tenido el virus, los jugadores deberían exponerse a la totalidad de la competición (90 minutos de juego a alta intensidad) o bien a jugar en periodos de densidad competitiva alta (con doble partido semanal).
Lo que sí que nos queda claro, para nuestras conclusiones revolucionarias a partir de la lectura del artículo es que, en cualquier caso:
- 48 horas es un tiempo insuficiente para alcanzar una completa recuperación (Howle et al, 2019);
- 72 horas no son suficientes en algunos casos para restaurar el rendimiento físico y marcadores bioquímicos (Lundberg et al., 2017);
- Periodos de alta densidad competitiva, provocan una reducción de fuerza en test analíticos de fuerza, así como un aumento del dolor muscular asociado (Wolling et al., 2018);
- Además, aunque algunos parámetros de carga externa no deben ser alterados, en periodos de congestión de partidos la carga interna de los jugadores puede verse afectada.
Por último, no debe escaparse de nuestro interés, dentro de nuestra faceta la especial relación que tenemos con las lesiones, y sobre todo con el rendimiento individual y colectivo a medio y largo plazo. Creemos adecuado un enfoque progresivo, conservador y sobre todo muy certero en aspectos relacionados con la carga externa y el entrenamiento coadyuvante, para poder preparar a nuestros jugadores después de un periodo de “no-salud” para las altas exigencias competitivas de nuestro calendario.
Seguimos avanzando…
Fútbol Revolucionario
