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¿El número de sesiones de fuerza es un factor relevante?

¿El número de sesiones de fuerza (frecuencia semanal) es un factor relevante para desarrollar adaptaciones de rendimiento en jugadores jóvenes de élite en fútbol?

Carlos Otero-Esquina, Moisés de Hoyo Lora, Óliver Gonzalo-Skok, Sergio Domínguez-Cobo & Hugo Sánchez (2017): Is strength-training frequency a key factor to develop performance adaptations in young elite soccer players? European Journal of Sport Science http://dx.doi.org/10.1080/17461391.2017.1378372

Bienvenidos de nuevo compañeros. Seguimos con nuestra dinámica de artículos dentro del blog, atendiendo a vuestras inquietudes y propuestas de la manera más específica y concreta, intentando dar respuestas a través de la literatura científica y nuestra visión personal. Esta semana, desde FR os presentamos un artículo interesante desde la perspectiva del entrenamiento coadyuvante estructural, y en particular del entrenamiento de fuerza en jóvenes, lo que comprendería la fase final de adaptación anatómica.

En el mundo real del entrenamiento del joven jugador de fútbol, hay un tiempo limitado disponible para sesiones de entrenamiento de fuerza durante la temporada. Desde nuestro punto de vista, creemos muy interesante el estudio de los autores como reflexión y solución práctica para preparadores físicos que se ocupan de equipos jóvenes en clubes de élite o sub élite, o bien para aquellos que contemplan jugadores muy jóvenes dentro de plantillas profesionales. Una vez en ese contexto, y habiendo analizado los beneficios del entrenamiento de la fuerza en futbolistas, suele aparecer la pregunta de cuál es la frecuencia óptima de este entrenamiento coadyuvante dentro del microciclo. La búsqueda de estrategias eficientes en el tiempo hacia la mejora del rendimiento y al mismo tiempo prevención de lesiones parece crucial. Y de una forma muy sencilla, oportuna y original, los autores nos dan una serie de respuestas de una gran aplicación práctica en el camino de la optimización del rendimiento de estos jóvenes deportistas. Además, a menudo es difícil desarrollar un programa de entrenamiento de fuerza con base científica, que comprenda dos o tres sesiones por semana.

El objetivo del estudio fue analizar los efectos de dos protocolos de entrenamiento con frecuencias diferentes de a través de un programa de entrenamiento de fuerza combinado con “full squat” en máquina Smith, “leg curl” en dispositivo yoyo, ejercicios pliométricos, y de carreras con trineo para analizar el rendimiento en diferentes pruebas de salto, carrera de velocidad y cambios de dirección en jóvenes futbolistas de élite. En este sentido, los autores plantearon la hipótesis de que el grupo que entrena con una frecuencia de 2 días a la semana mejorará su rendimiento específico más que el grupo control y que el que realiza una sesión de fuerza por semana.

En el siguiente diagrama podemos visualizar que todos los grupos realizaron unas sesiones de familiarización con las pruebas previas, y después de 7 semanas todos los jugadores ejecutaron todos los ejercicios y test y adicionalmente realizaron los tests finales con el dispositivo inercial y sentadilla completa siguiendo la inercia y carga similar a la intervención.

Siguiendo la descripción detallada y concreta de la actuación del entrenamiento propuesto, los jugadores estudiados siguen una progresión en la carga y una periodización en variables de volumen e intensidad. Podemos ver un claro ejemplo en la evolución de este entrenamiento durante las 7 semanas para el grupo de doble sesión en el ejercicio de sentadilla completa:

Los resultados en valores de cambio de rendimiento mostraron los diferentes efectos de cada uno de los grupos en las variables de salto, velocidad y cambio de dirección además de la mejora para cada uno de ellos entre los resultados pre test y post test y el porcentaje de cambio entre mejores, similares y peores valores.

Estos resultados concluyen y destacan que después de un protocolo de entrenamiento de fuerza combinado con fútboldurante 7 semanas, se observan grandes mejoras en la habilidad de salto comparado con el grupo control, independientemente de la frecuencia de entrenamiento. Sin embargo, el grupo que realizó dos sesiones de entrenamiento de fuerza por semana, mejoró el rendimiento de los jugadores en parámetros de sprint lineal y el cambio de dirección más que el grupo que desarrolló un solo entrenamiento semanal.

Os presentamos a continuación, algunos gráficos del estudio donde se compara la efectividad de los grupos experimentales con respecto al grupo control y las diferencias entre los efectos de la frecuencia de 1 y 2 días por semana de entrenamiento de fuerza.

En primer lugar, se observan mejoras significativas en los tests de salto en contramovimiento, en variables de potencia como altura realizada, para aquellos futbolistas que entrenan fuerza una vez por semana con respecto a los que solo hacen fútbol. Por otro lado, las mejoras en las pruebas de velocidad (0 a 10 m, 10 a 20 m y 0 a 20 m) y los tests en cambio de dirección muestran diferencias no muy claras entre ambos grupos.

En cuanto a la gráfica que muestra diferencias entre los grupos de diferente frecuencia semanal, se observan unos resultados con mayor rendimiento en velocidad y cambio de dirección en aquellos jugadores que mantienen el doble estímulo de fuerza en el entrenamiento combinado con fútbol, que aquellos que tienen un único estímulo semanal. Si solo miramos la capacidad de salto, observamos que la frecuencia del entrenamiento de fuerza no tiene mucha relevancia para la mejora de sus valores en potencia y altura del desplazamiento.

Claramente, y teniendo en cuenta todo lo anterior, los autores nos recomiendan al diseñar una planificación de entrenamiento en deportes de equipo, y dentro de nuestro microciclo semanal, realizar al menos una sesión de fuerza (preferiblemente dos) para optimizar el rendimiento de nuestros jóvenes jugadores en las diferentes pruebas neuromusculares realizadas. El estudio mostró que el entrenamiento integrado de fuerza fue eficaz para incrementar capacidades específicas de salto, desplazamiento en velocidad y en cambio de dirección en jóvenes jugadores de fútbol. Además, sería necesaria una frecuencia de 2 sesiones de fuerza por semana para mejorar las habilidades de sprint lineal y cambio de dirección, mientras que 1 sola sesión de fuerza podría perfectamente mejorar la habilidad de salto.

En definitiva, como preparadores físicos encontramos en este fantástico estudio una gran solución a la cuestión de la frecuencia del entrenamiento, en este caso de fuerza, además de unos protocolos que pueden valer como estrategias de práctica para entrenar de manera progresiva y secuencial a nuestros jóvenes futbolistas.

Desde Fútbol Revolucionario hemos escrito y desarrollado mucho contenido referente al entrenamiento de FUERZA y sus beneficios, pero creemos que este estudio nos puede dar solución a alguna de las interrogantes más comunes en nuestra comunidad de preparadores físicos. Entrenamiento de FUERZA en jóvenes futbolistas SÍ, ¿pero cuánto es necesario para OPTIMIZAR RENDIMIENTO?, ¿cuál es la MÍNIMA DOSIS ADECUADA?, ¿y de qué FORMA PODEMOS PROGRESAR Y SECUENCIAR nuestros estímulos?, son cuestiones que esperamos haber aclarado con la ayuda de los autores y su investigación.

Seguimos avanzando…

Fútbol Revolucionario

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